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SOLOIST

 

 

 

"T'invito al Viaggio" 
 


Música de Antonio de Cabezón, Girolamo Frescobaldi, Louis Couperin y Johann Sebastian Bach. El titulo hace referencia al poema de Baudelaire "L'invitation au voyage", en donde el autor nos habla del viaje a un mundo de ensueño, repleto de belleza, al que poder escapar para evadirse lejos de la cruda realidad. Éste es un programa variado que nos muestra, comenzando en el Renacimiento y llegando hasta el Barroco más tardío, el fascinante estilo de algunos de los compositores más importantes y representativos de los distintos países y corrientes estéticas de la música antigua.

 



"B-A-C-H"

 

 

B-A-C-H son las notas, en el idioma alemán, que corresponden al motivo "si bemol, la, do, si natural". Johann Sebastian Bach utilizó su apellido en numerosas ocasiones para componer intrincados contrapuntos, para iniciar melodías, o camuflado entre el acompañamiento. De mente brillante y matemática, cada pieza de este compositor es una críptica obra de arte repleta de secretos, referencias a textos religiosos y proporciones numéricas imposibles. Muchos otros compositores a lo largo de la historia han pretendido imitarle, pero ninguno ha logrado alcanzar ese grado de complejidad, y a la vez, esa sencilla perfección a tantos niveles, por bellas y disfrutables que fuesen sus obras.

 

Este programa recoge algunas de las obras más importantes de Bach para tecla. Además, siendo fieles a los manuscritos e intentando la mayor precisión posible; para este programa se utilizará la afinación creada por el propio Bach y expuesta en la portada del libro "El Clave Bien Temperado". Dicha afinación, descubierta hace unos años por el Dr. Bradley Lehman (muy poco utilizada hasta la fecha), resuelve el problema de otras afinaciones antiguas en las que determinadas tonalidades resultaban impracticables dado que la distancia entre algunos intervalos era extremadamente grande o pequeña. Con el sistema "Bach", cada una de las tonalidades tiene un color diferente y todas y cada una de ellas suenan hermosas.

 

 

                                                                                                     CHANGES (programa para virginal)


La transición entre el Renacimiento y el Barroco en el ámbito musical se produce de una manera gradual y compleja; los rasgos del Renacimiento tardío persistieron hasta muy entrado el siglo XVII, mientras diversas características del Barroco temprano comenzaron a manifestarse antes incluso de acabar el siglo XVI. Esta exposición acerca de la música de la segunda mitad del siglo XVI ha sobrepasado varias veces la frontera del año 1600, en el que arbitrariamente fijamos el final del período renacentista.Nos situamos en el siglo XVI. España y Portugal exploran el "Nuevo Mundo". España se convierte en superpotencia, dominando un imperio vasto que incluye muchas regiones de otros países y continentes. En Europa, las reformas protestantes ponían en entredicho la autoridad del Papa y de la Iglesia católica. Enrique VIII en Inglaterra se erigió como cabeza de la Iglesia Anglicana; dichos procesos dieron lugar finalmente a la Guerra de los Treinta Años, que acabó con la supremacía de la Casa Habsburgo en el viejo continente, mientras en Oriente próximo gobernaba el Imperio Otomano.Llamado "el siglo de los genios", durante estas décadas aparecen artistas como Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel.Con respecto de la música, durante la Edad Media predominaba el canto llano o canto gregoriano, estilo estrictamente vocal y de temas religiosos, y en menor medida existía la música profana de trovadores, que sí se acompañaba con instrumentos y tenía un compás definido. Sin embargo, en el siglo XVI ocurrió un hecho significativo en la historia de la música, que rompe completamente con el concepto estético de todos los siglos anteriores y abre paso a una nueva era: comienza la publicación de libros que describen instrumentos, y que proporcionan instrucciones para tocarlos. Ésto suponía que la música vocal era relegada a un segundo plano en favor de la música instrumental. La mayoría de estas publicaciones estaba dirigida a músicos prácticos, por lo que se escribían en lengua vernácula y no en latín. La más destacada es, posiblemente, el segundo volumen del Syntagma Musicum de Michael Praetorius (1571-1621), de 1618, que contiene descripciones y grabados de los diversos instrumentos empleados durante el siglo XVI. Gracias a estas publicaciones, los músicos actuales disponen de información acerca de la problemática de la tesitura de aquella época, la afinación y los temperamentos, así como la importancia que se le atribuía a la improvisación de ornamentos sobre una melodía dada. Son muchos los instrumentos -y sus familias- mencionados en dichos libros. Además de las extensas familias de instrumentos de viento y de cuerda pulsada, se mencionan dos tipos de cordófonos de teclado: el clavicordio y el clave. Aunque de apariencia similar, en el primero la cuerda era percutida por una tangente accionada por la tecla, mientras que en el segundo el sonido era producido mediante un plectro que acariciaba la cuerda del mismo modo que un laudista pulsaba las cuerdas de su instrumento. La familia de instrumentos asociados con el clavecín era muy amplia; se encontraban entre ellos la espineta, el clavicémbalo o el virginal, entre otros. En dichos instrumentos -y debido a la ausencia de dinámica que sí permitía el clavicordio al ser de cuerda percutida como el piano moderno-, los matices se conseguían gracias a la combinación de registros, el uso de uno o dos manuales (teclados), y el número de notas que el ejecutante añadía en los acordes que tocaba, haciéndolos más o menos densos, y por tanto más o menos sonoros. El clave se usaba tanto para la ejecución a solo como en la de conjunto en espacios de tamaño moderado.Como hemos explicado anteriormente, a comienzos del siglo XVI la música instrumental aún estaba estrechamente vinculada a la vocal aunque ya existía una transición. Los instrumentos podían utilizarse para duplicar o sustituir voces en composiciones polifónicas de todo tipo. De las obras surgidas a partir de modelos vocales, un gran número no son más que transcripciones de madrigales, chansons o motetes, ornamentadas con grupetos, trinos, escalas rápidas y otros adornos. El arte de la ornamentación melódica alcanzó un gran nivel a finales del siglo XVI, cuando se aplicó a interpretaciones vocales e instrumentales. En su origen la interpretación se improvisaba, pero con el paso del tiempo los compositores comenzaron a escribir sus ornamentos y muchos detalles de la escritura instrumental del Barroco temprano probablemente se derivasen de la práctica de la improvisación del siglo XVI.Dado que la danza en la sociedad estaba muy difundida y gozaba de gran estima en el Renacimiento -se esperaba que hombres y mujeres educados fuesen grandes bailarines-; una parte considerable de la música instrumental estaba formada en esta época por piezas de danza para laúd, instrumentos de tecla, o conjuntos. Dichas obras se improvisaban, como ocurría en la Baja Edad Media, pero muchas de ellas se escribían en tablaturas o libros de partes sueltas, y aparecieron en antologías impresas editadas por Petrucci y otros. Habitualmente estas piezas tienen esquemas rítmicos claramente marcados y regulares, y se dividen en secciones diferenciadas. De escaso o nulo juego contrapuntístico entre sus líneas, su melodía principal puede estar sin embargo sumamente ornamentada.Poco deben las piezas de danza de comienzos del XVI a los modelos vocales; en ellas se podía desarrollar libremente un estilo instrumental característico. Gran cantidad de música bailable perdió su finalidad original y se convirtió en piezas estilizadas que conservan los rasgos generales de las danzas, pero cuyo objetivo ya no era el de ser bailadas.Durante la segunda mitad del siglo XVI, la música de danza para diferentes instrumentos se publicó en número creciente. Algunas eran simples arreglos de melodías populares, aunque al parecer la mayoría fueron escritas para reuniones sociales celebradas en hogares de la burguesía o en las cortes.Prosiguió la tendencia existente en el siglo XVI de agrupar las danzas en grupos de dos o tres de ellas. Éstos son los precursores de las suites de danzas del Barroco. Ejemplo de ello fueron la allemande o alman -danza de ritmo binario moderado- y la courante -de ritmo más ágil-. Los ingleses destacaron en la escritura de pavanas y gallardas, existiendo piezas de danza en otros países como el pasamezzo y saltarello italianos.La música de danza escrita nos dice mucho acerca de la improvisación; el ejecutante del siglo XVI tenía dos maneras principales de improvisar: mediante la ornamentación de una línea melódica dada, o por el añadido de una o más partes contrapuntísticas a una melodía. La principal forma musical para teclado en estilo improvisatorio durante la segunda mitad del siglo fue la toccata. Esta palabra proviene del verbo italiano toccare (tocar) y sugiere la imagen de un laudista que se ejercita sobre el mástil. Las tocatas del organista veneciano Merulo (1533-1604) o del también italiano G. Frescobaldi (1583 - 1643), ejemplifican el traspaso del género al teclado.La improvisación y composición de variaciones sobre melodías era una práctica común. Así nacen el passamezzo antico y el moderno (ambos derivados de la pavana), así como las variaciones sobre aires conocidos para cantar versos, como la Romanesca, Ruggiero y Guárdame las vacas. Estas fueron prototipos de la chacona y el Passacaglia posteriores. Los compositores para laúd y teclado de origen español llevaron el arte de hacer glosas (variaciones) sobre tonadas populares hasta una cumbre de gran refinamiento. Las obras de este género del gran organista y compositor español Antonio de Cabezón (1510-1566) y del laudista Enríquez de Valderrábano, son particularmente excepcionales.El extraordinario florecimiento de la forma de la variación en las postrimerías del siglo XVI se debió principalmente a una escuela de compositores ingleses para teclado llamada de los virginalistas, denominación derivada del nombre que en esta época se aplicaba a todos los instrumentos de teclado de cuerdas punteadas. El principal compositor de este grupo fue William Byrd (1543-1623); entre sus colegas tuvieron importancia John Bull (1562-1628), Orlando Gibbons (1583-1625) y Thomas Tomkins (1572-1656). De las numerosas antologías de música para teclado que se confeccionaron en Inglaterra durante este período, a partir del Mulliner Book (1540-85) la más amplia es el Fitzwilliam Virginal Book, manuscrito copiado por Francis Tregian entre 1609 y 1619, que contiene cerca de 300 composiciones escritas a finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Entre estas piezas se encuentran transcripciones de mandrigales, fantasías contrapuntísticas, danzas, preludios, piezas descriptivas y muchas series de variaciones. La mayor parte de las variaciones que figuran en el Fitzwilliam está escrita sobre melodías de danza lentas como la Spanish Paven de Bull, o sobre canciones conocidas como Goe from my window, de John Mundy. Muchas canciones populares de la época también se utilizaron como temas de las variaciones.Ésta y otras antologías de la misma época son elocuentes testigos de la calidad de los compositores ingleses del silgo XVI. No resulta sorprendente el hecho de que, a comienzos del siglo XVII, los músicos ingleses influyesen sobre los países del norte de Europa. John Dowland sirvió entre 1598 y 1607 como laudista en la corte del rey de Dinamarca. John Bull se trasladó a Bruselas en 1613 y desde 1617 hasta su muerte sirvió como organista en la catedral de Amberes. No sabemos si él y Sweelinck se conocieron personalmente, pero lo que es seguro es que este último conocía la música de Bull y la de sus contemporáneos ingleses y que evidenció su influencia cuando escribió sus propias obras para teclado, las cuales comprenden varias series de variaciones excelentes.Mientras que en el Renacimiento primaba la textura polifónica con líneas melódicas homogéneas, frecuentemente imitativa, con extensiones cortas de tesitura y un sistema de características modales, estos elementos comenzaron a diluirse para dar paso a los estilos más modernos, con el uso creciente de intervalos de quinta como movimiento entre fundamentales, factor definitorio de la tonalidad que se instaura, finalmente, en el período Barroco. Se generó la diferenciación entre el stile antico (stylus gravis) -consistente en la permanencia de la vieja polifonía renacentista, marginal pero vigente por ejemplo durante todo el siglo XVII en parte de la música religiosa italiana y española-, y el stile moderno (stylus luxurians) -ya plenamente barroco y generalizado en la música teatral y de cámara-. Así, Monteverdi escribió su Messa da Capella como ejemplo del stile antico, y Bach denominaba música concertada a sus cantatas de iglesia por contraposición a motetes o corales más sencillos. Aparecen en el Barroco el uso del bajo continuo, y formas musicales como la suite, la sonata, el concierto y la ópera.En contraste con la uniformidad y la fluidez rítmica de la polifonía del Renacimiento, la música del período Barroco era o muy regular o muy libre. Por supuesto que los ritmos danzantes regulares se conocían en el Renacimiento, pero no fue hasta el siglo XVII cuando la mayor parte de la música comenzó a escribirse en compases separados por líneas divisorias, esquemas definidos de tiempos fuertes y débiles.El ascenso de la burguesía como clase social, las ideas del Humanismo (incluyendo la revalorización de las artes como puro disfrute personal) y el invento de la imprenta produjeron una extraordinaria y nueva difusión de la música culta. Esta pasó de ser un privilegio sólo al alcance de la nobleza y el alto clero, y ejecutada exclusivamente por profesionales, a ocupar también un lugar en el ocio de las clases medias, que consumían la amplia literatura musical profana publicada en toda Europa para uso casero de aficionados: canciones polifónicas en Francia, libros de vihuela y villancicos en España, madrigales en Italia e Inglaterra... Tocar un instrumento musical pasó de ser tarea propia de menesterosos a refinado pasatiempo de las clases altas, recomendado incluso por Maquiavelo en El Príncipe.Resumiremos hoy en este programa algunos de los estilos más representativos de la música existente durante el período de transición entre el Renacimiento tardío y el Barroco temprano. En estas piezas podrán los oyentes observar las diversas características de las que aquí hemos hablado previamente. Gracias por acompañarnos en este recorrido apasionante. Esperamos que disfruten.

 

                                                                                                             

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